Si estás buscando ayuda o asesoramiento con un psicólogo sin trasladarte, más inmediato y más práctico, la psicoterapia online puede ser una solución para ti.
La terapia online, al igual que se hace de la manera tradicional, utiliza los medios que nos ofrece internet.
Las nuevas tecnologías han cambiado la forma de relacionarnos, comunicarnos e informarnos. Ahora es posible realizar una terapia psicológica de calidad desde tu casa a través de internet, o por teléfono si lo prefieres. Llámanos al 620 04 50 38 y vemos cómo podemos ayudarte.
Los métodos terapéuticos en la psicoterapia infantil tienen objetivos similares a los planteados con jóvenes y adultos. Sin embargo, el abordaje es diferente, con una implicación directa de la familia y un gran protagonismo del juego con un uso terapéutico. Abordamos la evaluación y el tratamiento de los problemas psicológicos del niño/a o adolescente desde sus propias características individuales y su entorno inmediato. Los motivos de consulta, varían de acuerdo a la franja de edad del menor:
En los niños y niñas en edad preescolar (de uno a seis años) los motivos más comunes de consulta refieren los problemas de conducta (comportamiento desafiante, berrinches, etc.), los miedos y la ansiedad (ansiedad de separación, terrores nocturnos, miedo a los entornos desconocidos, etc.) o el control de esfínteres (enuresis y encopresis).
En las niñas y niños en edad escolar (de seis a once años) las problemáticas más frecuentes surgen en la adaptación al medio escolar, la relación o integración con el grupo de iguales o la propia familia. Los motivos más frecuentes de consulta son problemas de conducta, ansiedad, estado de ánimo o trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad.
Ya en la preadolescencia (de 12 a 14 años), emergen problemas con la imagen, el rendimiento académico, la conducta alimentaria, conductas antisociales, integración en el grupo de iguales, etc.
La adolescencia implica una etapa de transición de la infancia a la edad adulta que conlleva un proceso de adaptación, muchas de las dificultades surgen a partir del proceso de construcción de la propia identidad, resultando en problemas para aceptar la propia imagen, trastornos de la conducta alimentaria, problemas de relación en el ámbito familiar, social o académico, ansiedad, estado anímico decaído, etc.
El sufrimiento o el conflicto se dan en todas las etapas de vida de la persona. No es necesario padecer un trastorno psicológico definido bajo una etiqueta clínica concreta. La terapia psicológica está dirigida a personas que en mayor o en menor grado sienten ansiedad, depresión, estrés, inseguridad, baja autoestima, vacío, miedo, fobias, obsesiones, confusión, dependencia, ira, duelo, etc.
El proceso terapéutico se diseña de manera individualizada y la persona que acude a terapia es parte activa en el mismo. La intervención sigue por tanto las necesidades y situación específica de cada persona y se rige bajo criterios de respeto, empatía y privacidad. El enfoque terapéutico es de tipo cognitivo conductual teniendo en cuenta las emociones en la integración de la terapia. Donde la persona aprende a adquirir el control tanto de sus pensamientos como de su conducta, y por tanto, un mayor equilibrio emocional y una mayor percepción de armonía sobre su vida.
La terapia familiar se realiza cuando varias de las personas que confluyen en el entorno familiar entran en conflicto por varias razones, lo que los lleva a un estado de desasosiego continuo y a un sufrimiento continuado.
A veces, la terapia será conjunta y otras veces por separado con las personas que conforman la unidad familiar, con el objetivo de que cada uno sea capaz de reconocer cual es la problemática en sí y aprender nuevos patrones de comportamiento más funcionales.
Un psicólogo puede actuar como dinamizador o testigo en el proceso de valorar la problemática desde diferentes ópticas, aportar herramientas y favorecer la búsqueda de soluciones adecuadas para todas las partes.
La terapia de pareja constituye un espacio para la identificación y tratamiento de aquellos factores tanto individuales como relacionales que generan y mantienen el conflicto o la tensión. El objetivo es mejorar la calidad de la relación y la satisfacción de los miembros de la pareja. Para su consecución, generalmente se valoran y potencian las habilidades de comunicación, la resolución de conflictos, la comprensión mutua y la satisfacción con el otro.
Los principales signos suelen relacionarse con el conflicto y el malestar consecuente. Los problemas subyacentes acostumbran a relacionarse con un déficit de comunicación, falta de habilidades para la resolución de conflictos, distanciamiento de los miembros, cambio de prioridades vitales, desavenencias en el entorno familiar o personas cercanas, dificultades sexuales, división no equitativa de las tareas domésticas o económicas, celos o territorialidad, problemas de salud, adicciones, etc.
La relación de pareja puede ser un pilar que favorece el bienestar, pero también puede suponer una fuente de tensión emocional que puede llegar a afectar la salud de sus miembros. Cuando no funciona, es fácil permanecer en dinámicas relacionales que conlleven escalada en el conflicto, distanciamiento afectivo, control o desequilibrios de poder.
Técnica de tratamiento psicológico a través de la cual se realiza una desensibilización y reprocesamiento por medio de movimientos oculares o estimulación bilateral.
Este tratamiento ha demostrado su eficacia para superar acontecimientos traumáticos, y la desaparición de los síntomas que lo mantenían (ansiedad, depresión, fobia, etc.)
El trabajo con EMDR se centra en procesar los recuerdos conectados con los problemas actuales, para luego abordar los síntomas presentes y los cambios hacia el futuro.
Todas las sesiones tienen una duración aproximada de 60 minutos. La frecuencia entre las mismas se adecúa a la necesidad y disponibilidad de cada paciente. Generalmente se comienza con una frecuencia semanal o quincenal que pasará a ser más distanciada cuando se perciben mejorías significativas.